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“Falsas soluciones para el problema de las inundaciones de la Cuenca del Río Luján y seguir justificando el negocio inmobiliario”

Postura de la Comisión Asesora del Comité de Cuenca del Río Luján (1)
Nuevamente el Río Luján y algunos de sus arroyos tributarios, como el Pinazo o el
Burgueño, se han desbordado y anegado distintas zonas de Pilar, Luján y Escobar como
ocurriera en Noviembre de 2012. Otra vez, se escuchó decir a los vecinos que las lluvias
no habían sido tan intensas como para justificar esa inundación y que el agua demoraba
en retirarse como nunca antes lo había hecho.
Queremos expresar nuestra postura, como lo hicimos en el año 2012, no sólo porque
creemos que la situación de la Cuenca del Río Luján sigue siendo tan crítica como
entonces, sino porque las soluciones que se están proponiendo desde distintas
autoridades municipales y provinciales lo único que van a desencadenar es una cantidad
mayor de problemas.
El río Luján y todos los arroyos que desaguan en él se asemejan a un enorme sistema
circulatorio que se despliega en una amplia superficie a la que llamamos cuenca.
Arrastran nutrientes, sedimentos, energía manteniendo la vitalidad de todo el ecosistema,
tal como nuestra sangre lleva alimentos y oxigeno a nuestros tejidos o se lleva sus
desechos. Además, sus riberas, que en muchos sectores poseen bosques y humedales,
actúan como enormes esponjas que suavizan las crecidas bruscas de agua y alojan
diversidad de flora y fauna, incluidas especies en riesgo de extinción. Los daños que se
han ido produciendo en parte de este sistema, están repercutiendo en todo él. ¿Cómo lo
hemos dañado? Como reiteradamente advertimos al Comité Cuenca del Río Luján,
integrada por los intendentes de los 9 municipios, existen múltiples impactos que la
cuenca ha venido recibiendo en los últimos años y cuyos efectos se han ido acumulando
progresivamente. Industrias y vecinos descuidados han envenenado sus aguas y arrojado
basura que dificulta el discurrir de las mismas. Sin embargo, el daño más profundo lo han
producido muchos emprendimientos inmobiliarios como barrios cerrados, countrys y
zonas de servicios, que eludiendo las normativas existentes, ocupan crecientemente las
márgenes de los ríos y arroyos (que son de dominio público), así como las tierras bajas
por debajo de la cota mínima permitida. Rellenan terrenos y achican el paso del agua,
como si fuesen un torniquete que dificulta la circulación y ocasiona inundaciones en las
zonas que están aguas arriba y en localidades vecinas que tienen un relieve natural más
bajo. El caso paradigmático es el del barrio San Sebastián que redujo la planicie de
inundación del Río Luján (la zona natural que tiene el río para desbordar cuando hay agua
en exceso), casi a la mitad en el límite entre Pilar y Escobar.
     Distintas autoridades, además de echarle la culpa al cambio climático, están
proponiendo, para solucionar el problema de las inundaciones, intervenir drásticamente
en la cuenca a través de canalizaciones, dragados y hasta rectificaciones del cauce. .
Todavía no ha sido realizado el Plan Maestro Integral del Río Luján (previsto por la
Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas) uno de cuyos objetivos
fundamentales es realizar un diagnóstico socioambiental de la cuenca, sin él es imposible
encarar soluciones serias y, en cambio, se apela a otras que tratan al complejo sistema
hidrográfico como si fuese un sistema de cañerías que puede “enderezarse”, limpiarse,
desviarse. Se especula con la necesidad perentoria que tienen los inundados de liberarse
del agua de sus casas y se los engaña con una solución a corto plazo. La ciudad de
Buenos Aires y alrededores, con su problema crónico de inundaciones, son una prueba
de que el entubado y rectificado de ríos y arroyos no es la solución, porque son tratados


como partes aisladas en lugar de lo que realmente son: “unidades de un sistema fluvial
que integrado funciona equilibradamente”.
Cuando se canaliza o rectifica un río como el Luján, típico de llanura, se aumenta la
velocidad de las aguas y se altera toda su dinámica, se pierde su capacidad de esponja y
aumenta la erosión del terreno, se altera su flora y fauna, etc. El dragado devuelve a las
aguas los contaminantes que se han ido depositando en los barros a lo largo del tiempo.
Pero lo más grave es que deja intactas las causas que originan el problema, ya que
continúan las urbanizaciones y otras modificaciones que las mismas autoridades permiten.
Es como si ante un problema de colesterol en las arterias, el doctor nos dijera que las
“rectifiquemos” o hagamos un by pass. ¿Por qué no probar primero con una “dieta” libre
de urbanizaciones en lugares prohibidos? ¿Por qué no realizar ORDENAMIENTO
AMBIENTAL DEL TERRITORIO que considere la aptitud de cada suelo para diferentes
actividades, en vez de dejar el territorio en manos de la especulación inmobiliaria? ¿Por
qué gastar sumas millonarias en costosas obras de rectificación (que pagamos todos los
ciudadanos) cuando lo realmente sensato es que los Municipios de la cuenca, la
Autoridad del Agua, el Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible y el Misterio de
Infraestructura “rectifiquen” su decisión de seguir permitiendo estas urbanizaciones?
También es prioritario que se detengan las obras de este tipo que se encuentren en curso,
se restaure y compensen los daños producidos.
Aprendamos a respetar al río otorgándole su propio espacio: cauce y planicie de
inundación le pertenecen por igual, porque es el dibujo que realizó por milenios.
Nos evitaremos los enormes costos ambientales como la pérdida de recursos naturales y
de servicios que nos aporta la cuenca (el agua superficial y subterránea, la calidad de aire,
su flora y fauna, sus propiedades depuradoras de aguas y de control de crecidas, etc.). Y
también los sociales, pues muchos pobladores no tienen agua para consumo diario,
resultan inundados por las alteraciones del relieve que generan y corren el riesgo de
perder su forma de vida tradicional.
Volvemos a decir, como en el 2012: “La solución solo será posible realizando un trabajo
interdisciplinario y articulado entre las distintas áreas de gobierno y de la sociedad,
contando con la voluntad política para llevarlo adelante”
(1) Acerca de la Comisión Asesora del Comité de Cuenca A del Río Luján
 La institución está conformada por diversas instituciones: de protección del patrimonio
cultural y ambiental, académicas, de la industria y el comercio, etc. y fue creada el 28 de
setiembre de 2011, en Pilar, en el marco de la Ley 12257, del Decreto Reglamentario
3511/07 y de la Resolución 15/12 para asistir en cuestiones técnicas al Comité de Cuenca
A del Río Luján, (compuesto por representantes de los nueve municipios pertenecientes a
la cuenca y por la Autoridad del Agua). Las recomendaciones de la COMISION no son
vinculantes, es decir, que el Comité de Cuenca puede no tenerlas en cuenta. Los
miembros de la Comisión Asesora trabajan ad honorem y no poseen ningún cargo
político.




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