por Javier Moleres.
Con el pomposo título “Inmediato accionar municipal, salva la Fauna Ictícola del Río Luján”, el departamento de Saneamiento Ambiental publicó en el mes de Abril en el sitio Web oficial del Municipio de Mercedes, lo siguiente:
“A
primera hora de la mañana del día viernes próximo pasado, el
responsable del Parque Municipal realizando su recorrido habitual
observa una importante y diversa cantidad de peces en superficie a punto
de su asfixia. De inmediato, se comunica con personal del Departamento
de Saneamiento Ambiental, quienes se dirigen al lugar y tras tomar una
muestra de agua y observar el comportamiento de dichos animales,
realizan in situ una determinación de Oxigeno Disuelto en agua (OD)
cuyo resultado es de 2.15. Conociendo que al descender el tenor de
oxígeno por debajo de 4 o 5 mg/l., la hematosis en los peces no es
suficiente, provocando así su asfixia al cabo de un tiempo, se decide
comenzar a arrojar agua limpia procedente de las regadoras municipales y
ayudar a la oxigenación del sector del Rio más afectado, salvaguardando
de este modo la fauna ictícola de nuestro apreciado Río Luján, en
nuestra ciudad. Si bien aun no se han podido determinar las causas
ciertas del brusco descenso de OD, se estima que la seguidilla de altos
grados de temperatura en una época donde no es habitual, sumado a la
inactividad del cauce del Río Lujan en esta zona, propio de ser un rio
de llanura, serían las causas más probables de este eventual suceso”. La nota va acompañada de la foto de un camión regador, arrojando su carga al río.
Desde
hace más de dos décadas, diferentes grupos ambientalistas de nuestra
ciudad, han enfocado todos sus esfuerzos en encontrar una solución para
el lamentable estado en que se encuentra nuestro Río Luján. No debe
haber una problemática más estudiada y debatida que la que se plantea
con este curso de agua. Se dedicaron muchos años en la tarea de conocer
con certeza y divulgar las causas de su contaminación y del terrible
estado de abandono de sus márgenes, con la esperanza que con dicha
información la comuna reaccionara y se empezara a revertir la
situación. Se lo recorrió palmo a palmo, a pie y en embarcaciones. Se
organizaron incontables conferencias de especialistas, charlas, debates y
encuentros con representantes de toda la cuenca. Se destinó mucho
dinero para estudios y análisis, que no hicieron más que probar y
reafirmar lo que se observa a simple vista: el alto grado de polución en
su cauce. Se trató de interactuar con las autoridades, compartiendo
datos y el resultado de las pruebas efectuadas.
Es
por eso que este informe publicado en Internet, que repetimos “procede
de un departamento especializado del municipio”, causa tanto asombro y
malestar… está claro que después de tanto tiempo ¡no se avanzó ni se
aprendió nada!
Si se lee detenidamente, encontramos afirmaciones como esta: “se decide comenzar a arrojar agua limpia procedente de las regadoras municipales y ayudar a la oxigenación del sector”.
¿Es
lógico pensar que se pueden salvar los peces, vaciando un camión
regador en el río? Estas mortandades ocurrieron ya en repetidas
ocasiones, y siempre se esgrimieron excusas infantiles, como esa tan
famosa e inolvidable “los peces se mueren de frío”.
¿No
será que el oxígeno disminuye a límites intolerables, gracias a la
tremenda carga orgánica que le aporta el Canal de la calle 16?, ¿no se
comprobó ya mil veces, que este “desagüe pluvial” acarrea líquidos
cloacales sin tratar y peligrosos residuos industriales, cargados con
ácidos y metales pesados?, ¿no es cierto que la Justicia Federal probó
que una conocida empresa vierte en cantidad cromo y sulfuros, y procesó a
sus directivos?, ¿qué pez puede sobrevivir, si llega al río tan espesa y
pestilente mezcla de porquerías?
Y
no debemos olvidar las toneladas de desperdicios de variado tipo, que
el canal arrastra a su paso por el basural de 65 y 26 -tantas veces
denunciado en vano- que luego se amontonan y descomponen, formando una
represa a metros de la Pasarela. En la desembocadura del Canal -lejos
de la mirada del encargado del parque y los turistas- ¡la muerte de
peces es cosa de todos los días y sin embargo a nadie le importa!
El
autor de este informe, cree luego conveniente culpar por el mal estado
de la fauna ictícola, a la elevada temperatura ambiente en el mes de
Abril y al río “por ser de llanura”.
Siempre
existieron días calurosos, y que se recuerde el río nunca fue “de
montaña”. Sin embargo, hasta la instalación de varias industrias en
Mercedes que no tratan correctamente sus efluentes, y hasta que se
conectaron cañerías cloacales dentro de las pluviales –es decir, unos 40
años atrás- nuestros padres y abuelos se bañaban en un río de aguas
transparentes, tal como aún hoy nos llega desde Suipacha. En aquella
época, los peces eran tan abundantes y de tan buen porte, que había
varias familias afincadas en sus orillas que subsistían con lo que
capturaban. Como sobraba, lo cargaban en carros y lo vendían en la
ciudad. Patos, coipos y huevos de las cientos de tortugas que desovaban
en las márgenes, completaban la dieta. En definitiva, si dejáramos de
contaminarlo y maltratarlo con dragados y/o rectificaciones innecesarias
que lo están convirtiendo en un pantano, el Río Luján volvería a ser lo
que fue, se recuperaría solo y de inmediato, gracias a la facilidad con
que la naturaleza se cura de las heridas producidas por el hombre.
Quizá
algún día dejaremos de buscar excusas, y nos dedicaremos a hacer que se
cumplan las leyes y ordenanzas que se promulgaron para proteger el
ambiente como realmente corresponde. Mientras tanto, alcancémosle todos
un vaso de agua al río que se ahoga… y que sea rápido por favor.
Javier Moleres
SOS HÁBITAT
Nota: se adjuntan dos fotos del río tomadas en el día de ayer en el Parque Municipal, sector “vergüenza”.
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