La importancia para la investigación científica y la educación de las áreas próximas a los cursos de aguas superficiales
Las barrancas del Rio Luján y la de sus
tributarios, y de manera semejante a
otros cursos de agua, están conformadas por sedimentos que fueron depositándose
en el transcurso de miles de años. Con una simple limpieza en cualquier sector
que se elija y hasta en ocasiones en forma directa, se los puede reconocer
dispuestos en capas de distinta coloración con espesores variables y
significativos.
Se extienden varios metros en forma
perpendicular al cauce ocupando una parte importante de la actual planicie de
inundación y por lo general se manifiestan desde el nacimiento hasta la
desembocadura del cauce.
Constituyen fuentes de información de
diversa índole porque están “atrapados” allí los más variados testimonios de la
vida del pasado, asociados a modificaciones ambientales y evolutivas de
importancia singular, que permiten continuar desarrollando trabajos de
investigación multidisciplinarios.
Allí se encuentra parte de las
respuestas a interrogantes que nos planteamos relacionados con una porción de
la historia de los últimos cuarenta mil años, nada menos, situación que debiera
llamar la atención de quienes tienen responsabilidad política en el manejo de
los recursos naturales de cada municipio.
Si bien desde el año 1787 se tuvo
noticias sobre la presencia de “osamentas…” (como lo refiere la documentación
histórica) con un primer hallazgo realizado por Fray Manuel de Torres en la
localidad de Jáuregui, partido de Lujàn, en barrancas del río homónimo, es
recién a partir del año 1847, sesenta años después, donde comienzan los
trabajos de investigación científica a cargo del Dr. Francisco Javier Muñiz que
obtiene una importante colección de restos fósiles describiendo por primera vez
los estratos fosilíferos del Rio Luján, lugar de procedencia de la colección.
Transcurridos algunos años (1869),
Florentino Ameghino le daría un gran impulso a los trabajos geológicos,
paleontológicos y antropológicos, mediante excavaciones sistemáticas realizadas
entre las ciudades de Mercedes y Pilar. Cabe destacar que en Mercedes, con una
innegable tradición paleontológica, continúan los trabajos de investigación en
el Museo Municipal de Ciencias Naturales “Carlos Ameghino”.
No obstante el primer hallazgo en època
virreinal fue fortuito, es con Muñiz y posteriormente con Ameghino, en el siglo
XIX, que prestigiosos centros de investigación del mundo toman conocimiento
sobre la importancia de “los depósitos fosilíferos de Río Luján”.
La cantidad y variedad de restos
hallados en aquellos años de intensa labor, ponían de manifiesto la existencia
de una notable biodiversidad a la que se asocian pruebas irrefutables y
sumamente importantes acerca de la presencia temprana del Hombre en estas
latitudes formando parte de aquel extinto paisaje.
Fueron los sitios hallados por Ameghino
que demostraban la presencia del hombre, los denominó “paraderos del hombre
prehistórico” (en número de siete y de distinta antigüedad).
En uno de ellos, (el número 1) que
localizó sobre el Arroyo Frías –tributario en Mercedes del Rio Luján-, halló
restos humanos que fueron fechados hace pocos años arrojando una antigüedad de
más de diez mil años.
Surge aquí también la necesidad de un
justo reconocimiento a la invalorable labor de investigadores locales, a partir
de Muñiz y Ameghino, que con formación académica o sin ella, dedicaron su vida
a estos temas.
Existen muchísimos ejemplos más que
acentúan la importancia de estas regiones muchas veces descuidadas y lejos de
la protección que debieran tener.
Citaremos dos de ellos de tantos en los
que la institución municipal mencionada realizó tareas de excavación en parajes
distantes entre sí y pertenecientes al mismo curso de agua. Uno fue a finales
de la década del sesenta del siglo pasado; en la localidad denominada Rio Luján
en el partido de Campana, actualmente zona declarada reserva natural. Allí se
excavaron dos sitios ubicados a pocos metros del cauce del rio de donde se
extrajeron evidencia de ocupación humana en tiempos prehispánicos cuyo fechado
dio una antigüedad de seiscientos cincuenta años aproximadamente. El otro fue
un hallazgo realizado sobre un tributario del Rio Luján en el partido de Mercedes,
iniciado el presente siglo. Sobre la planicie de inundación del Arroyo Balta,
se estaban extrayendo sedimentos para la construcción del terraplén para la Autopista Luján
- Mercedes. Asociados a los estratos próximos a la superficie que estaban
siendo removidos por poderosas maquinarias, se encontró una importante cantidad
de restos fósiles correspondientes a mamíferos extinguidos, representativos de
la mega fauna pampeana. Con la intervención del personal capacitado del Museo y
la colaboración solicitada a la empresa HOMAQ, se logró recuperar partes
importantes de más de veinte especies en una superficie menor a una hectárea.
Actualmente, por ordenanza municipal, esta
zona ha sido declarada reserva natural donde se protege además una interesante
biodiversidad establecida a partir de la finalización de la extracción de los
sedimentos de aplicación.
Se puede deducir fácilmente lo
significativo del tema planteado. Estas zonas próximas a los cursos de agua,
cuya protección debiera hacerse efectiva por lo que representa y contiene:
humedales, biodiversidad, subsuelo con una riqueza fosilífera extraordinaria,
etc., no son evaluadas con detenimiento a la hora de materializar proyectos que
modifican el medio natural trazando caminos, rectificando cursos de agua,
canalizando, etc., ignorando en la mayoría de los casos el daño irreparable que
se produce destruyendo evidencias tan significativas que contribuyen al
conocimiento de nuestra historia.
Jorge Petrocelli
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