“Es innegable que las grandes arboledas dejan caer el agua de lluvia de un modo más suave; por medio de las raíces vuelven el terreno más poroso, de modo que las aguas se infiltran en él con mayor facilidad; anulan la pérdida de las aguas que corrían antes en la superficie sin ser absorbidas por el suelo; favorecen la formación del humus, cuyas propiedades son bien conocidas; contrarrestan, en parte, los efectos desastrosos de las inundaciones, impidiendo que se efectúen con demasiada rapidez; atenúan la evaporación que producen los rayos solares y los vientos demasiados secos, conservando en el suelo mayor grado de humedad; impiden el derrumbamiento de las barrancas de los ríos y riachuelos, regularizando sus cursos; templan las temperaturas excesivamente cálidas; purifican la atmósfera; atraen los vapores acuosos de los aires cargados de humedad, obligándolos en parte a condensarse en lluvias, etc. En todos los sitios donde se han ido talando montes, se han ido cambiando igualmente las condiciones del clima”
¡Cuánta razón tuvo el gran sabio argentino!... sin embargo los mercedinos parece que no llegamos a comprenderlo, y así lo demuestran estas fotos tomadas en la Av. Dorrego.
29 de Agosto: DÍA del ÁRBOL
Adhesión de “SOS Hábitat”
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